Un prematuro amanecer, un monte maravilloso,
siempre al encuentro, tal vez sintiendo
dicha y muerte en su efímero alborozo,
siempre al encuento, en sombra, despiertos.
Dicha y muerte que viviendo están,
sabor a dolores de irrespirable ansiedad;
entre las nubes, sus rezos suenan,
dicha y muerte que yo no logro expresar.
Un prematuro amanecer, siempre al encuentro,
tal vez sintiendo, en su efímero alborozo,
un monte maravilloso, en sombra despierto,
siempre al encuentro de lo gozoso.
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