Desde aquel día primaveral
donde te vi en la lejanía
supe al instante
que tú me pertenecías.
Con los ojos abiertos
y los miedos dormidos
mis sueños en vigilia
entonaron un confiado cántico.
Sentí en tus ojos el destello
y el deseo de lo nuevo.
Ese afán indescriptible
de dos destinos en paralelo.
Recorté las alas de la inconsciencia,
arme mi alma de recuerdos
jugué con la intuición
sabedora de tu anhelo.
Juntemos las fantasías
aunemos los recelos,
olvidémonos de todo, y todos..
tú y yo,apartados del mundo
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