ENÉADA
CON TANTO ARGUMENTO
Con tanto argumento vano, te burlaste en mis narices
disimulando a propósito, innumerables matices
que al tiempo hacen que perduren sangrando las cicatrices.
Y mira que yo te amaba de los pies a la cabeza
que piernas para que os quiero, un dicho popular reza
si cuando el amor se muere se dispara la tristeza.
Preguntarme no cabe, que a Dios pongo por testigo
que después de tanta pena, adorándote aún sigo
hasta poder confirmarte que aquí me tienes de amigo.
|