SONETO.-
No se puede vivir toda la vida
presa de la retórica del miedo,
puesto que si chupándonos el dedo
nos cazan, no sería divertida.
Ya sé que quien me acuse de suicida
sacará beneficios del enredo,
y yo crédito alguno le concedo
por si dándome golpes me liquida.
Pudiera sucedernos que imperando
todavía la norma de más fuerte
no quede más remedio que acatarla,
mientras que quien ostenta aún el mando,
agradecido a Dios por tanta suerte,
a todos nos obliga a respetarla.-
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