Soneto Blanco.-
No sé si del perfume de tu piel
se regocijan mis ansiosos labios,
tratando de besar tu cuerpo entero
al que a veces percibo inaccesible.
Ni tampoco sabría a ciencia abierta
que el sueño para siempre superviva,
guardando sin prejuicios sus placeres
cuando el perfume tuyo va y me ronda.
Seguramente apenas se me ocurra
el mandar tus recuerdos al olvido
de aquel amor primero, que a disgusto
y presto, de mi vera se marchó,
dejando un gran vacío en mis entrañas
que aún siguen arrastrándose en el lodo.
|