Soneto.-
Mientras mi voluntad se va al carajo
también sus decisiones me limitan
pues las miradas cómplices se evitan,
e incluso la ilusión se viene abajo.
Crédito nunca doy al vil legajo
mientras haya certezas que lo agitan,
si todos mis sentidos lo acreditan
ya me sobra cualquier otro agasajo.
No sería un secreto para el mundo
desearnos ardor, suerte y fortuna,
hasta tanto no ardan los papeles
por los que el pensamiento más profundo
no respete mi pobre y simple cuna
bajo la sombra de sus propias mieles.
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