Mientras sana conserve la paciencia
podría mantener la paz segura,
aunque al pagar muy cara la factura
me pudiese costar la convivencia.
Puede que me castigue la conciencia
arrastrándome presto a la locura,
tal vez pensando que no tengo cura
porque fuera castigo de la herencia.
Seguro que animal soy de costumbres
quizás obrando siempre como fuere
a la única luz de mis modelos,
creando sin razón incertidumbres
al jorobarme lo que más se quiere
a base de terribles desconsuelos.
|