En esta noche de tinieblas tristes
en soledad disfruto mi camino,
porque víctima soy de los despistes
que a la larga deciden mi destino.
No me quejo jamás de mi fortuna
siempre y cuando la suerte yo la elija,
y porque austera fue tal vez mi cuna
no quiero que templanza se me exija.
Con respirar seguro me compongo
y con salero soy mi comandante,
pues mi grano de arena siempre pongo
sin dejar de mirar hacia delante.
Y con respeto afronto cada noche
temiéndome a traición cualquier reproche.-
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