Mientras que me amenaces con el miedo
el tiro te saldrá por la culata,
porque de nuevo meterás la pata
siempre que me señales con el dedo.
Pues bien pasmado y frío yo me quedo
cuando fuerte me aprietas la corbata,
arrugando tu rostro de pirata
mientras me acusas de cualquier enredo.
Porque interés no muestro en discusiones
en las que competir jamás me gusta,
pues su mera existencia me deprime
tanto que siempre evito los follones
previendo el uso loco de la fusta
que en tus manos todo lo reprime.
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