Yo siempre me sitúo a barlovento
exponiendo mi cara bien de frente,
no porque quiera parecer valiente
sino por recibir de frente el viento.
Y será mi mejor razonamiento
si no hubiera distinto referente
dentro de mi cabeza complaciente
con tal de socorrer mi aburrimiento.
Porque prefiero andar sin cortapisas
mostrando a todo el mundo mis rarezas
sin demostrar a nadie casi nada,
salvo que me acompañen con sus risas
o quien sabe, compartan sus riquezas
de forma justa y siempre acreditada.
|