Hermanito tan querido
deja ya de padecer,
retorna al Hogar,
al Reino de La Paz,
a los brazos del Creador
que te esperan con Amor,
Misericordia y Perdón.
Remonta ya el vuelo
a su Divino Encuentro,
tu cuerpo ya cansado
libra una batalla interna,
no te quieres desprender
de este mundo y sus encantos,
deja ya de padecer,
querido hermano,
libérate de esta cárcel
del sufrimiento y dolor,
llévate el amor de tu hijo
de tus hermanos, la lealtad,
llévate nuestros besos
y caricias.
Tus padres y los Benditos Ángeles
ya te esperan Rafael,
para arroparte en sus brazos,
para llevarte al Creador.
Suelta ya las cadenas
de esta vida pasajera,
y llévate tu sonrisa
la picardía de tus ojos,
el amor de la que fuera tu esposa
por veinticuatro años,
de tu hijo, llévate su cariño
su respeto, su admiración y su amor,
fuiste un padre comprometido,
su compañero, guía y maestro
y te quiso con su alma y corazón,
de tus hermanos queridos,
llévate su comprensión y cariño,
llévanos contigo, hermano querido.
Escrito una semana antes de su deceso, en Aguascalientes, Ags.
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