Me detengo a meditar Creador de lo Divino
en lo mucho que me has dado.
En mi hogar, mis hijos amados,
y ahora mi dicha es mayor
al contemplar los capullos de rosa
que son mis nietas Paula, Maria y Ana.
Estas tres bendiciones
llenan de luz mi vida
como rayitos de sol
que iluminan mi existencia.
Gracias Padre por mis niñas
por sus padres y por su abuelo
por la paz que experimento
al ver sus rostros serenos.
Me siento complacida
con tan hermoso regalo.
Me diste lo más sublime
me diste mi gran legado,
legado de amor profundo
manifestado en mis nietas
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