Casi tres años desde que partí, un tiempo
que lo defino y que analizo con el objetivo
de la más perfecta meta.
Errores que hacen dudar de lo real,
hacen creer en los seres supremos
y que el alma humana solo se queda
en silencio.
Sigo siendo el hombre niño que sueña,
que quiere compartir con esa mujer
el resto de su vida y aunque suene difícil
es real y sincero.
No te ofrecí maravillas, pero aquí estoy calentando
el lecho y dispuesto a regalarte una sonrisa eterna
que haga más feliz la estancia pasajera.
Creo que si somos dos estos casi tres años
serán inacabables y perdurara como una historia
la cual seguirá en la voz de nuestros ángeles.
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