Al acecho áhi estaba,
para dejarme desgarrada,
mis verdades fueron elogios,
sus verdades dardo que mata.
Suerte poder escribir,
decir mis miedos en voz alta,
suerte que todavia puedo,
llorar a mansalva.
En mi lucha contra dolor y rabia,
tuve la gran suerte entonces,
de ser por él besada, abrazada,
no le importó nada, me senti bella,
con ilusiones nuevas, y amada.
El tiempo pasó, el túnel se alarga,
camino sola, le aparté de mi lado,
ahora nadie me espera, ni para,
solo soy yo, mi soledad y mi alma.
Mi belleza se apaga,
aparecen surcos en mi cara,
ojeras muy marcadas,
de llorar a escondidas,
de llorar siempre callada.
Pero si un dia llueve a cántaros,
y estas con los pies en la charca,
yo ya no estaré para decirte nada,
pero te gritara por mi el agua,
ponte a buen resguardo y vive
que la vida en un soplo pasa.
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