Guardo con especial cuidado y esmero,
en un lugar que no tiene espacio ni tamaño,
aquel vals de primavera, el primero,
que no envejece, a pesar de los años.
El último vals que guarde para tí
fue el primero que hiciste para mí.
Lo guardo y atesoro, allá y aquí,
vibra fuerte y no se aparta de mí.
En un lugar que no tiene espacio ni tamaño,
permanece intacto, con sus notas sin partitura,
es el vals de primavera de un año de tantos,
composición antigua y fresca, sin enmendadura.
El último vals que guarde para tí,
fue el primero que hiciste para mí.
Lo guardo y atesoso, allá y aquí,
vibra fuerte y no se aparta de mí.
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