SIN LA SEGURIDAD DE LA CREENCIA
Sin la seguridad de la creencia,
dice el filósofo, no será posible
la esperanza, aunque fácil rebatible,
si en vanidad se vuelve nuestra esencia.
Quizás Nietzsche al mostrar su irreverencia
bien claro nos dejó que lo inservible
a los ojos, volviéndose invisible,
sus gajes dejaría ya en herencia.
Pues pienso que el político y el clero
por mantener sus privilegios luchan
previendo lo que el cielo les depare,
motivo por el cual cualquier obrero
sospechará de quienes le achuchan
si Dios no existe que al final le ampare.-
|