Por cantidad de lúcidas razones
me siento un melancólico gigante,
aunque podría ser gratificante
ver que no se me caen los calzones.
Porque si rodeado de bribones
a los curiosos yo les diera el plante,
a solas seguiría yo adelante
afrontando de frente los follones.
Y es que a solas conmigo yo me encierro
previendo de soslayo cuantas leyes
hoy sin pudor la sociedad me impone,
tanto que a mis prejuicios yo me aferro
como el yugo lo ajustan a los bueyes
y todos tan a gusto se supone.
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