Es diciembre el mes de los adornos
de las series multicolores,
villancicos y nacimientos,
brindis y festejos,
de las Posadas y piñatas.
Los hogares, calles y avenidas,
los aparadores y los centros comerciales
se visten de luces doradas y blancas.
Es el mes de los obsequios,
Aguinaldos, abrazos y besos.
Las familias se reúnen para orar,
es el mes de Jesús, nuestro Salvador,
se re-nace en Navidad,
se despide al Año Viejo,
se festeja el Año Nuevo,
se ora por la Paz y Hermandad.
Añoramos a los seres queridos
que ya festejan en la Bóveda Celeste,
que dejaron impreso
en nuestro corazón,
su amor y bendición.
Diciembre es nuestra oportunidad,
para transformar nuestro interior
dejar atrás el pasado, perdonarlo,
vivir con alegría, confiar en El Señor,
ser mejor cada día, dejar de criticar,
de juzgar, ver nuestros errores primero,
enmendarlos, combatirlos, ser guerreros,
compasivos, generosos en nuestros afectos.
El Niño Jesús espera que cumplas tus promesas,
le ofrendes tu cambio interior,
con alabanzas y sinceridad,
para que en esta Navidad,
se manifieste en tu corazón,
la Paz, la armonía y Felicidad.
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