Tengo amigos por doquier,
porque soy parte de ellos.
No importa el color de piel,
ni el color de sus cabellos.
Solo importa esa intención,
de ayudarnos mutuamente.
Amarnos de corazón,
y tratarnos sanamente.
De olvidar los sinsabores,
que a veces la vida da.
Y encontrar las soluciones,
por medio de la amistad.
Conversar de tantas cosas,
que tenemos en común.
La amistad es tan preciosa,
con amigos como tú!
Por eso siempre que puedas,
vamos a estrechar las manos.
Una amistad verdadera,
es igual que un buen hermano.
Aunque no tenga tu sangre,
tampoco el color de piel.
Es el tesoro más grande,
cuando es un amigo fiel.
Cultiva esa semilla,
divina que Dios te da.
Porque no hay nada en la vida,
más bello, ¡que la amistad!
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