SONETO
TAN POCO NECESITABA
Tan poco, de verdad, necesitaba
para que yo saltara de contento
que de muchacho disfrutar del viento
cualquier tristeza, sola se borraba.
Porque tanta alegría me empujaba
al instante a saltar de mi aposento,
lo digo como incluso aún lo siento
si a jugar las canicas se trataba.
Otros valores no tendrá la vida
que la parca tal vez jamás se lleve,
quién no lo firmaría, al otro mundo,
pues no haya de momento quien impida
que al más niño sus ánimos eleve,
de la siesta al jolgorio, en un segundo.
|