SONETO .-
Crecí a mi propia suerte abandonado
yendo adelante a trancas y barrancas,
de pies y manos siempre bien atado
tal que jugaran negras contra blancas.
Y dicen que crecí más de la cuenta
a mi libre albedrío por supuesto,
ojalá que supere los noventa
aunque salir me salga yo del tiesto.
Que si tirando huyo de la muerte
fácil doy fe que a veces no resulta,
cuando esquiva se muestra ya la suerte
y el día a día igual se dificulta.
Será que quien su gran dolor arrastra
muchos prejuicios y temores lastra.-
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