SONETO.-
Tantas noches en vela para nada,
sin ilusiones, ni esperanza alguna,
porque llegando a ver desde la cuna
a quienes dirigían la manada
supe que sin escrúpulos ni espada
alcanzar no podría yo la luna,
y que en el lodazal de la laguna
quedaría mi piel descuartizada.
Pero siempre al pie del cañón prosigo
dándole a mi locura su alimento
hasta que la energía me acompañe,
pues de exponer mis cuitas soy amigo
llenando de sentido mi argumento
porque del mundo su salud me atañe.
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