Soneto.-
Por culpa de unos grandes insensatos
los refugiados pierden sus derechos,
porque la sinrazón rompe sus pechos
y les hace pasar muy crueles ratos.
Pues mientras van perdidos como patos
ocurren sin escrúpulos los hechos,
por los que entre pasillos muy estrechos
duermen al raso y corren sin zapatos.
Este desmadre ofende a la cultura
cuando triste denuncia las batallas
que cometen presuntos asesinos,
mientras los pobres pagan la factura
arriesgando sus vidas con agallas
al cubrir con sus huesos los caminos.-
Luis Pérez.-
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