Aún te sueño libertad querida
con mi voz de lamento desconfiada,
puesto que habiendo sido tan ansiada
sin salero pasaste por mi vida.
Y aunque procuro hacerte entretenida
no tengo la cuestión garantizada,
porque con la ilusión abandonada
ni borracho vislumbro una salida.
Y es que la circunstancia poco ayuda
cuando quizás la sinrazón se impone
hoy por los cuatro puntos cardinales,
por donde nadie más la guerra eluda
siempre que sus motivos los razone
aunque suponga el colmo de sus males.-
|