Llegaste a mi vida
un día de Junio...a finales.
Había luz de sol que cegaba
el mirar a la distancia,
había flores amarillas,
y buganvillas moradas que colgaban
de los muros de la vera del camino
que te traía a mí. Y llegaste...
te miré a los ojos y supe
que eras tú
el amor que tanto había esperado,
el amor que mi corazón aguardaba
para mi vida cambiar por siempre.
Me pregunté mil veces,
¿dónde habías estado?
¿cómo pude haber vivido
sin ti todo este tiempo?
Y supe entonces que te quise
desde antes, que te quiero
desde ahora y que aunque
no sé de mi mañana,
la plenitud de ser y
de encontrarme vale
el riesgo que significas tú.
Llegaste un día de Junio...
a finales, con sol, con flores,
con amor, con ternura, con luz.
Era un día de Junio...a finales.
Migdalia mansilla Rojas.
Junio, de 1983.
Fecha: .... y en otro junio a finales se escribió la misma historia... 2002
|