Estoy sentado sobre el moho del desánimo,
el intolerable transcurso de cada segundo,
que evidencia en mis ojos,
la arrasadora realidad del lamento,
cada grano de arena que sacude mi cuerpo,
frente a la palidez de este cielo,
que me oculta los sueños,
la danzante esperanza de cada estrella,
que decrepita,
se apaga en el silencio.
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